Palacio Euskalduna Avda. Abandoibarra, 448002, Bilbao T. 94 442 10 71
A veces una comida de negocios consigue ser una comida agradable. Eso, claro está, depende de muchas cosas, entre ellas de los comensales y de la naturaleza y situación del tema que se esté tratando. Pero también del lugar. No suelo escribir mucho sobre estas comidas entre otras cosas por la dificultad de apuntar pero cuando se come realmente bien vale la pena intentarlo.
Todo es subjetivo. Pero el día era estupendo y desde una mesa redonda de Etxanobe al lado de un imponente ventanal contemplaba la ría, el nuevo paseo que la rodea, el Gughenheim y las montañas de Archanda. Una vista maravillosa que comparaba con la de mis años de estudiante en Bilbao. Así que la comida empezó bien. Por lo demás el local está muy bien puesto, es moderno y muy confortable. Tiene una terraza que seguro que es muy agradable.
A veces una comida de negocios consigue ser una comida agradable. Eso, claro está, depende de muchas cosas, entre ellas de los comensales y de la naturaleza y situación del tema que se esté tratando. Pero también del lugar. No suelo escribir mucho sobre estas comidas entre otras cosas por la dificultad de apuntar pero cuando se come realmente bien vale la pena intentarlo.
Todo es subjetivo. Pero el día era estupendo y desde una mesa redonda de Etxanobe al lado de un imponente ventanal contemplaba la ría, el nuevo paseo que la rodea, el Gughenheim y las montañas de Archanda. Una vista maravillosa que comparaba con la de mis años de estudiante en Bilbao. Así que la comida empezó bien. Por lo demás el local está muy bien puesto, es moderno y muy confortable. Tiene una terraza que seguro que es muy agradable.
Nos trajeron unos snacks variados con unas croquetas, unos langostinos rebozados y un buen chupito de tomate entre otros.
Las setas son una de mis pasiones como siempre comento; y dentro de estas los boletus son unas de mis favoritas. En el País Vasco, como en Catalunya suelen bordar los puntos de las mismas así que me regalé con unos boletus cortados en dados pequeños exquisitos, con un punto perfecto y un gran aroma. Para mi Bilbao es sinónimo de merluza, y si puede ser albardada y con salsa de chipirones mejor; esta no tenía la salsa pero si unos estupendos pimientos rojos como acompañamiento. Punto exacto y un sabor penetrante.
Mis anfitriones, clásicos. Eligieron un Imperial. Nada que objetar, fue parte de un revival.
No hubo postre pero si unos petits fours variados que acompañaron al café.
En resumen un sitio excelente y una gran comida. Recomendable