Elkano 69, Barcelona, T 93.600.78.39
Abierto sólo por las noches

No siempre coincido con Cinc a taula (por ejemplo en
Ottimo ) pero, en general, es una fuente de inspiración segura para descubrir sitios interesantes. En este caso Acai, un nuevo restaurante situado en el Poble Sec como Rosal 34. El lugar es pequeño y agradable con dos zonas diferenciadas para fumadores y no fumdores y una cocina parcialmente a la vista de una de ellas. Una pared de piedra, otra de pizarra, cálida iluminación, mesas bien vestidas y servicio agradable encabezado por Anna .
El restaurante es, de momento, modesto en sus planteamientos con poca oferta pero lo que ofrecen vale la pena; hay dos menús degustación a 35 y 45 euros, ambos muy interesantes, además de una carta corta; optamos por el de 45 euros.
Nos dieron a elegir dos clases de pan hecho por ellos, uno de sésamo y otro de espelta (reco

nozco que no sabía lo que era) un cereal parecido al trigo. Los dos interesantes, me gustó más el de sésamo.
Como aperitivo
un canelón de agua de tomate con mozzarela de bufala. Original, buena mozzarela pero algo soso el conjunto. Luego el segundo aperitivo,
sopa de crustáceo con chip de espinacas; muy sabrosa, gusto de mar de verdad.
Me habían recomendado las
sardinas a la salamandra con su coca y no me defraudaron ( las pedí fuera del menú, caprichoso que es uno); muy bien cocinadas y con el sabor auténtico. Siguieron una
ensalada de jamón de bellota con verduras y pipas muy refrescante y una
coca de verduras confitadas con mojama de atún, una coca muy fina, tal vez algo demasiado de ajo. La lubina
salvaje con salsa de crustáceos y batata, en su punto pero nada especial. El
pichón con su salsa y su lecho de patatas muy logrado, muy en su punto. Tambíen pudimos probar
cordero al tomillo que estaba genial.
Como postres un
helado de fruta de la pasión con azúcar en texturas, un sabor intenso, muy adecuado. El otro postre
coca de chocolate con sal maldón bien pero menos logrado.
Por ultimo tienen una carta corta pero interesante de infusiones.

Con el vino acertamos. Pedimos un
CanFeixes negre selecció 2.003.Cuando nos lo trajeron resultó ser un 2.004 pero es un vino que nos encantó. Hecho con Cabernet, Merlot, Ull de Llebre y Petit Verdot y con una crianza de 12 meses dejaba sentir todo su aroma y en boca era muy equilibrado con un paso largo.
Un restaurante agradable, sencillo, donde se come bien. Me preocupa su futuro porque era viernes y estaba medio vacío. En Manuel Pirelli y Anna Vallés hay oficio y ganas y espero que lleguen tan lejos como han llegado, recientemente, otros jóvenes cocineros en nuestra ciudad.