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Me apetecía, como casi siempre, setas, así que siguiendo los consejos de Salsa de Chiles me dispuse a deleitarme con unos boletus en EL ALMIREZ.
Había boletus, en efecto, pero cuando pregunté como los iban a hacer me preocupé. Los tenían ya hervidos y luego los iban a saltear con jamón y ligarlos con una salsa francesa. Yo pedí si los podía tomar simplemente pasados por la sartén con un poco de mantequilla y pimienta pero no podía ser. Me informaron que los Boletus no eran suficientemente hermosos para esa preparación o para carpaccio. Mi gozo en un pozo, ya había probado unos boletus al mediodía en ESTEBAN en la Cava Baja con una preparación similar y muy regularcitos (por lo demás la carne de ESTEBAN muy rica). Los Boletus, para mi, han de comerse con el mínimo condimento posible para poder apreciar todo su sabor.
Así que se mascaba la tragedia pero fiel al blog pedí el tomate rojo de Huesca con ventresca. No sé de donde era pero, la verdad, el plato excelente acompañado de algo de cebolla cruda, tomates con sabor. Menos mal. La cola de merluza con salsa de chipirones muy floja. La salsa desleída, sin sabor y la merluza deslavazada, sosa y demasiado hecha.
A estas alturas de la cena estaba de un humor muy regular, pero llegó el postre y se hizo la luz. Pedí quesos y, oh maravilla, me presentan una estupenda y variada bandeja con una razonable selección francesa y una buena española. Elegí un Afuera el pitu solo correcto, un capribor de Ibores extremeño que no conocía, sabroso, fuerte, intenso y un Gamonedo sublime. Acababa de leer el post de PistoYnopisto sobre el queso y lo disfruté de veras, qué delicadeza y qué conjunto de sensaciones. El vino que pedimos El Regajal, de la DO Madrid que me pareció interesante.
En fin que ya me estaba reconciliando con el blog cuando el camarero, con el que habíamos establecido una cierta complicidad, nos invita a las copas y propone si queremos un GT. Le digo que si y me dice que lo harán a su manera y que si me gusta el pepino. Hendrixs, le digo sonriendo y se aleja. Me lo trae bien servido con mucho hielo, varias rodajas de pepino y un trozo de limón. Sobre la tónica me dice que en vez de feever me trae otra cosa. Era Scheppes pero al verterla lo hace con el tapón puesto, la tónica cae a presión a través de unos agujeros que habían hecho en el tapón, alucinante, dicen que se mezcla mejor, alucinante…se quedó conmigo.
Total que salí encantado, aunque la comida, sinceramente no es nada del otro mundo, además el precio 130 euros me pareció un poco excesivo; así que probablemente lo de “encantado” fue más una apreciación subjetiva.
miércoles, octubre 17, 2007
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4 comentarios:
Yo también hubiera prescindido de esos boletus hervidos y hundidos en salsa; una buena forma de echarlos a perder. Los que tienen mal aspecto antes los utilizaría para hacer una sopa o crema.
Afuega'l pitu es un queso controvertido; gusta y no gusta a partes iguales. Creo que es de los más originales de la península y particularmente me encanta (en sus dos versiones).
Yo comí más bien regular en el Almirez, la verdad es que en la zona, en mi opinión hay bastantes mejores opciones por el precio -severo- que cobran.
En el Almirez hay que evitar el restaurante y quedarse en La Taberna, donde se come y, sobre todo, se bebe mucho mejor.
También es un sitio donde hay que saber lo que hay que pedir y a ser posible ir recomendado. Por eso hay que tener cuidado con las recomendaciones que se hacen a la ligera y ver como y de donde vienen.
Como que "afuera el pitu", tipico gañan que va de finolis, cateto.
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