
El servicio muy atento y amable especialmente la maitre, con buenos conocimientos de vinos italianos y mucho interés. El pan muy bueno y el aceite (italiano claro) también.
Comencé con una ensaladilla rusa con tartar y trufa. Un plato espectacular. Por fuera una fina tira de zanahoria circular que recoge en su interior una primera capa de patata hervida, una segunda de carne como en tartar y en la cima una salsa/crema de crema de leche y trufa. Un gran plato que recordaré.
El otro primero una pizza con anchoas y queso de oveja original; la pizza es de puré de pata

Me apetecía probar una de sus carnes pero al final me decidí por una pasta seca típica de Cerdeña (el restaurante está especializado en lo sardo).también con salsa de trufa. Si, me apetecía la trufa. Y el plato también muy logrado, perfecto el punto de la pasta y el conjunto. El otro segundo que probé pasta seca con boletus bien pero no tanto, quizás el sabor de los boletus no era, ese día, el mejor.
El postre una panna cotta con chocolate blanco rica pero después de los otros dos platos pasó un poco mas desapercibida.
Para el vino y ya que soy poco experto en vinos italianos pedí recomendación. Optamos por un Korem 2.003 hecho con Bovale sardo, carignano y connonau; vino potente que mejoró con el paso del tiempo.
El conjunto me gustó mucho. Como dice en su tarjeta “cucina e vini d´Italia. Nella tradizione la modernitá” y así fue.
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