martes, julio 11, 2006

TERRAZA DEL CASINO

Alcalá 15 28.014 Madrid T 91.532.12.75

Hace algunos años disfruté de una de las cenas de las que mejor recuerdo tengo en la Terraza del Casino .El otro día volví. La decepción fue grande. El restaurante está regentado por Paco Roncero, un discípulo de Ferrán Adriá, que a su vez es “asesor” del restaurante.

Tuve mala suerte? Es posible. Para empezar no pudimos cenar en la magnífica terraza debido a la amenaza de lluvia. Nos ubicaron en una sala rectangular con amplias cristaleras delante pero con las mesas dispuestas sin ninguna gracia, como si fuese el vagón de un tren.

Llega el maitre y nos dice que o sí o sí que sólo hay menú degustación; me extraño un poco hago, algún comentario pero claro no nos vamos a ir, además a mí el menú degustación en general me gusta.


Me traen la carta de vinos, muy completa como es lógico en un restaurante así. La hojeo con detenimiento, hay algo que no me cuadra. No sigue una sistemática en cuanto a la división de la carta entre comunidades y/o D.O; por ejemplo, bajo el epígrafe Catalunya engloba de todo, desde el Priorat hasta Empordà-Costa Brava. En cambio Somontano en Aragón tiene una rúbrica para ella sola. Se lo comento al sommelier y no es capaz de darme otra explicación que si, que no soy el primero que se lo dice, pero que en Catalunya hay tantas D.O..... La noche no había empezado bien y de momento no se enderezaba. Comentamos sobre Shiraz y me recomendó Arrayán 2.003., D.O Méntrida, es una bodega reciente propiedad de la familia Entrecanales, unos constructores madrileños de mucho renombre. Color rojo picota, casi opaco. Bien en boca , buen contenido frutal, buen final pero demasiado tánico.

Nos sirvieron un cocktail, en concreto un Caipiriña nitro. Aquí empezó toda la parafernalia tipo Bulli con preparación de la caipiriña delante nuestro, bol, nitrógeno etc. que estaba super.
Para empezar nos trajeron una selección de “snacks” compuesta de galletas de parmesano (correctas con gusto de buen parmesano), plátano macho frito, piruleta de alga nori (el sabor del alga muy fuerte pero de eso se trata) chip de patata lila (del montón), cacahuete chococurry, bocadillo ibérico y aceitunas esféricas. Las aceitunas esféricas son increíbles, probablemente una de las más geniales innovaciones del Bulí dentro de su sencillez. Te las metes en la boca y literalmente explotan con un sabor intenso a aceituna y aceite. En fin, el tipo de comida que esperas encontrar en un sitio como este....en cambio con el bocadillo ibérico gran decepción. La idea es buena, un bocadillo al revés, el jamón por fuera y el pan por dentro. Pero claro cuando el jamón no vale nada el experimento no funciona. No me atrevo a decir que no era ibérico pero , si lo era, la calidad no era ad hoc. Y claro en un sitio así eso no debe pasar y por eso no se perdona.

Seguimos con las “tapas”. El caviar de melón con pasión y menta, muy vistosa la preparación con caja transparente, agujas y mucha parafernalia y técnica. Otra cosa fue el resultado, muy insulso, la pasión y la menta sólo levemente esbozadas. El canelón de piel de leche además de original estaba sabroso con los sabores conjuntados y una textura excelente. Los espárragos blancos con mahonesa caliente podían haber estado bien pero tenían demasiado vinagre, imperdonable en un sitio así. Los fardos de calamar con canelón de pollo y calabaza prometían pero cuando llego al pollo estaba frío, para ser exactos no estaba caliente y hacía que el plato que hubiese sido impecable chirriase.

A todas estas me apetecía más pan y probar alguna de las muchas, y fantásticas, variedades que nos habían ofrecido. Sorpresa, ya quedaban muchas menos, me extrañó porque no habíamos llegado los últimos y la cena apenas estaba mediada.

Y llegamos a los “platos”. Sopa de ajoblanco con langostinos, espárragos y ceps un plato soberbio bien ejecutado y con adecuados contraste; a mi me sobraba algo de espárrago pero para ser honestos aquí si que creo que es sólo cuestión de gustos. La ventresca de atún con cebolletas al cassis correcta nada especial . El pichón en escabeche ligero excelente, realmente ligero como su nombre indicaba y muy adecuado para acabar esa parte del menú.

Los postres muy bien. El granizado de chocolate blanco con mango y oliva negra excelente sobre todo la base y la trufa de macadamia con helado de café y pipa de calabaza también muy bueno con sabor a cítrico muy logrado.
Luego, con el café, un conjunto de “pequeñas locuras” donde había un poco de todo pero en general de buen tono y factura y con alguna originalidad como los peta colas de chocolate.

Esa noche me fumé un puro que llevaba yo; no tenía cortapuros ni cerillas y se ofrecieron a encendérmelo. Increíble, nunca me lo habían encendido y, la verdad, es un ritual espectacular. Aquí se atisbaba la alta calidad y el servicio de alto nivel que se le suponen a ese restaurante.
Por cierto con la nota nos trajeron el menú impreso (incluido el vino que habíamos pedido) y gracias a ello he podido transcribir exactamente los platos. Una virguería....

Llegamos al final, ¿como valoro la noche?. Un suspenso alto. Explico mi opinión. Probé platos excelentes, el servicio estuvo el algunos momentos a una altura increíble pero hubieron demasiados fallos que no se pueden perdonar en un restaurante de ese nivel con una estrella Michelin. Lo de la carta de vinos y algún otro comentario puede ser puñetería mía pero la calidad del jamón, el exceso de vinagre, las carencias del surtido de panes, el pollo frío, son demasiados fallos juntos para un sitio que se precia de ser lo que es. Ojo, aquí se come muy bien en algunos platos pero a lugares como estos yo les pido un plus (nada o casi nada puede fallar, pueden haber cosas del montón pero alguna te ha de entusiasmar) y la Terraza, esa noche, no me dio el plus. A pesar de eso no quiero ser negativo, si puedes cenar en la propia terraza el lugar por si sólo vale la pena y.....todo el mundo puede tener un mal día (tanto ellos como yo que, tal vez, estuve quisquilloso). Debería mejor darle un aprobado? Tendré que repetir para salir de dudas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante pero tanta tecnología (esferificaciones, nitrógeno) y las ganas de dar la nota (bocadillo de jamón con pan) empieza a sonar aburrido y snob, aunque no dudo que estuviera bueno (esas aceitunas esféricas llaman la atención).

Por cierto, por cuánto salío la cosa?.

ignacio dijo...

Menu degustación 110 euros vin 28 euros, no hay mas cargos por servicios, agua, café etc. IVA no incluido.
Con un precio así soy muy exigente, de ahí mis comentarios.