Praia da Gale, 8201-902 Guia, Albufeira, Portugal, Tel. +351 289 591 795
He estado unos días (no muchos) en el Algarve. La zona es recomendable por sus playas (alternan largas playas con pequeñas calas) y sus pueblos y ciudades. En general he comido buen pescado, especialmente sardinas a mejores precios que en España. Los restaurantes, de playa, tenían un nivel aceptable pero nada especial que resaltar.
Pero una noche fuimos a cenar a Vila Joya. Se trata del único dos estrella Michelín de Portugal y el resumen de la noche es agridulce (más dulce que agrio al acabar de escribir el post) como iré comentando. El restaurante tiene también un hotel y está situado en una villa de estilo morisco en medio de jardines, en lo alto, frente al mar. Nos recibió el encargado del restaurante, de smoking, y nos acompañó a nuestra mesa. Se excusó por no poder instalarnos en la terraza cubierta pero hay que decir que yo había llamado unos días antes, me habían dicho que no había sitio hasta fin de mes y me habían puesto en lista de espera. Al día siguiente me llamaron para confirmar la mesa.
Primera sorpresa: la cena consistía en un menú en el que podías elegir entre dos primeros, luego había una sopa, elegir entre dos segundos y dos postres. Digamos que poco usual, luego hubieron agradables sorpresas. Eso si como éramos dos probamos todo el menú.
Las mesas amplias y todas redondas, con un servicio impecable tanto en mantelería como en copas y decoración. El agua servida en jarras altas de cristal.
Cuando ya habíamos pedido y nos habían traído un primer aperitivo vino el encargado y nos pidió que le acompañásemos y nos llevo a una mesa redonda en primera línea de la terraza con el mar al frente. Para caerse, además el ser tan amplias las mesas permite que los dos comensales estén sentados con vistas la mar y el jardín. El marco por lo tanto incomparable de verdad.
Con el pan (variado y muy bueno) y la mantequilla nos trajeron una tapenade genial , creo que llevaba algo de berenjena pero de verdad estaba muy lograda.
Como primer aperitivo canelón de salmón con ensalada de pepino y caviar. El plato muy original, el canelón tenía una pasta brisa con queso fresco por dentro y por fuera el salmón. Una idea como la del bocadillo de jamón al revés de la Terraza del Casino (ver reseña en el blog) pero que esta vez funcionaba muy bien. La ensalada de pepino también original, el pepino estaba cortado como si fuesen spaguettis muy, muy finos, y casi lo parecían y estaba ligado con un poco de queso fresco. Las bolitas de caviar puro acompañamiento.
Un segundo aperitivo, raya frita con mantequilla y limón, patatas violetas y alcaparras rebozadas, escarola y col roja con salsa de mostaza y vinagre con mantequilla. También un aperitivo excelente y original.
Aquí empezaron las sombras o mejor diría la sombra de la noche que fue la lentitud. Entre este aperitivo y el primer plato pasaron más de diez minutos; luego entre plato y plato alguna vez más de quince minutos. Esto, que yo diría que nunca es de recibo, desde luego no es admisible en un restaurante de esa categoría y precio, tenga o no dos estrellas Michelin.
Llegó el primer plato Niçoise con atún y mayonesa de cilantro. Plato muy bien ejecutado el atún bueno y la mayonesa perfecta.
El otro primero un tartar de ternera con un puré de patata. El puré espectacular muy fino y bien ligado, el tartar normal y los granos de caviar de adorno me sobraron.
La Sopa de paprika y calabaza era ligera, etérea, una espuma muy sabrosa e iba acompañada de agnelotti de cordero y rosinyols. El agnellotti muy al dente, super, el cordero menos y los rosinyols perfectos de punto
Aquí tuvimos otra agradable sorpresa, un plato de pescado “cherno” con salsa de limón acompañado de verduras y tomate en costra. Lástima de un exceso de limón en la salsa porque el pescado a la plancha estaba en un punto perfecto y los acompañamientos también.
Los segundos. Delicias de ternera con tres tipos de apio. Las delicias correctas pero el apio estaba envuelto en unos raviolis deliciosos. “Rebanadas de pecho” (literal) de pato salteado con endivias con foie fresco. Vaya, un magret de pato que nos dijeron venía de las Landas, muy bien hecho. El foie de acompañamiento totalmente insípido y las endivias muy bien braseadas.
Antes de los postres y como otro complemento nos trajeron tres minis raciones de zumo de piña y té (muy original), sorbete de té (fuerte y curioso) y crème brulé de té. La verdad que muy oportuno, ayuda a digerir .
Los postres. Souflé de requesón y vainilla con compota de cerezas. Una pasada, la vainilla calentita y la compota de cerezas muy original. Selección de quesos . Trajeron un carro muy surtido aunque cuando pregunté por quesos portugueses me dijeron que de esos tenían pocos y que no estaban muy buenos. Probé munster, muy bien , en su punto, roquefort nada bueno y una especie de torta del casar portuguesa estaba bien tal vez un punto demasiado fuerte.
Con todo esto bebimos un Monte dou penha 2001 portalegre tinto reserva alentejo. Las uvas eran trincadeira,aragones,alicante, bouschet y moreto. Una producción de 46.300 botellas. No sé nada de vinos portugueses por lo que me dejé aconsejar. Vino francamente bueno que llegó justito para acompañar a los quesos.
Como fin de fiesta otro regalo: Pera escalfada, sorbete de pera y mousse de chocolate. Sería que ya estaba cansado por las esperas entre plato pero me pareció menos bueno.
Un café excelente acompañado de unas “mignardises” variadas alguna como un dulce de frambuesa espléndido
.
Al ir transcribiendo mis notas concluyo que realmente cenamos muy bien pero que durante la cena no disfrutamos todo lo esperado por el problema de las esperas. El tempo es básico en un restaurante de estas características y en nuestro caso fue un desastre. Pero el sitio, mas allá de lo que cuesta, es muy recomendable y, sin duda, practica una cocina de altura, así que si alguien acude espero que tenga más suerte que nosotros con las esperas y pueda disfrutar a tope de la cocina y el marco.
domingo, agosto 27, 2006
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2 comentarios:
Por las fotografías el lugar parece idílico y el menú muy atractivo. Lástima de las esperas, algo iimperdonable en cualquier restaurante, sobre todo de esa categoría.
¿El precio?... bueno, mejor no lo digas, da igual:-).
Si, lo de las esperas es muy fastidioso cuando se producen. Luego, cuando escribía el comentario, ya no me pareció tan grave...será por aquello de que olvidamos lo malo ;)
El precio? más o menos lo esperable en un sitio así 120 euros por persona el menú sin incluir vino; nada barato pero en EVO por ejemplo creo que vale lo mismo.
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