jueves, marzo 29, 2007

Restaurante Racó d´en Cesc



Diputación 201, 08.011 Barcelona T 93.451.60.02

Suelo frecuentar el Racó d´en Cesc y es un lugar que me gusta. Cesc Canovas, junto a su familia, regenta el restaurante desde hace años y se mantiene bien. Su hijo César ganó hace algunos años el concurso nacional de sumillers y ha conseguido una bodega excelente; además sus recomendaciones son certeras. Arnau Marco el sommelier de la casa ha ganado el premio habanosumillers 2.006 en España. Hace unos años pusieron al día el restaurante y hoy es cómodo y agradable. Un detalle importante es que las mesas son amplias y están muy bien separadas unas de otras con lo que la intimidad está garantizada.
Además de la carta Cesc tiene todos los días una buena lista de sugerencias de mercado a las que me suelo apuntar con frecuencia.

Para comenzar un pan con tomate apreciable junto con unas trozos de fuet; luego una tapa de tortilla de patata y cebolla deconstruida, original.
Estamos en tiempo de guisantes por lo que me decidí por una de las recomendaciones un rehogado de guisantes, alcachofas y espárragos con setas de temporada. El punto conseguido, los guisantes excelentes y el conjunto de sabores muy equilibrado.
Después un clásico carré de cordero. Bien hecho con su parte crujiente un buen sabor ( ni rastro de lana) tal vez un punto demasiado hecho pero eso son apreciaciones personales. No tomamos postre.

Arnau nos aconsejó un Dido 2.005 de Venus la universal de Sara Perez en Montsant; ya lo había probado pero me pareció adecuado y la verdad es que resultó bien. Con Garnacha, Cabernet Sauvignon y Merlot le iba muy bien al carré.
Con el café una buena teja y unas trufas.
Éramos tres y pagamos 150 euros un precio que me parece razonable.

Cesc plantea una cocina honesta con platos tradicionales pero con incursiones en la modernidad muy bien resueltas. Un buen restaurante burgués que os recomiendo.

viernes, marzo 23, 2007

Fast Good




Fast Good
Juan Bravo 3c,Madrid T.577.41.51


Los grandes chefs ya no se quedan en su restaurante; pero no sólo salen de promoción sino que dan su nombre y su saber hacer a diversas iniciativas. Esto , en algunos casos, puede ser nocivo para la calidad de la casa madre. Pero en el caso de Ferran Adria no lo es. Fast good es una realidad interesante, fruto de la colaboración de Adria y de NH hoteles. Por el momento tienen dos locales en Madrid y uno en Santiago de Chile pero están en marcha aperturas en Barcelona, las Palmas y Valencia.
La decoración de los locales es original, psicodélica años 60 en verdes y está lograda.

El local tiene una parte de autoservicio donde están las bebidas, las ensaladas, los postres y algunas originalidades como huevos y pastas que están “enlatados” en papel y que prepara uno mismo siguiendo las instrucciones. Pero ese día no pude probar nada de eso, espero tener la ocasión de hacerlo.
Luego hay un mostrador donde se piden los platos calientes que van cambiando aunque, al parecer, hay algunos fijos. Pagas y luego te los traen a la mesa con platos y cubiertos.

Pedimos una hamburguesa italiana, con rúcula, queso gorgonzola fundido y ternera. La hamburguesa y todo el conjunto estaba rico, especialmente el queso fundido. Además te lo llevan a la mesa (también los cafés) y está bien servido.

El conjunto me parece una buena idea, veremos su éxito. Era un mediodía entre semana y estaba sólo medio lleno. No se puede decir que sea barato porque la hamburguesa (grande eso sí) una coca light y un café cuesta unos diez euros y por ese precio aproximadamente se pueden comer buenos menús. Pero lo dicho original y bienvenido.
Pd: una curiosidad, enfrente justo está uno de los D´Arola, otra forma de entender la comida rápida, mucho mas estandart esta.

domingo, marzo 18, 2007

Folquer

Torrent de l´Olla 3,08012, Barcelona T.93.217.43.95

Folquer está regentado desde hace unos meses por Juanjo Carrillo y pretende, y lo consigue en general, ser una casa de comidas “ilustrada”
Dos comedores en blancos con litos modernas y sillas modernistas consiguen un ambiente agradable y razonablemente amplio.
Nos decidimos por el menú de 25 euros (por cierto que al mediodía hay menús más ligeros a 12 y 16 euros).

Empezamos con unos palitos de queso con especies mientras esperábamos la ensalada de pollo confitado al curry con chips de boniato. El pollo estaba hecho en fiambre y el plato bien pero sin nada especial. Unos tagliatelis con salsa de ceps y aroma de trufa muy conseguidos, sabores intensos pero muy bien resuelto el contraste. Por el contrario un atún a la plancha con habitas salteadas con jamón estaba bien de cocción pero nada sabroso. Además las habas y el jamón demasiado salados.
El postre un flan de chocolate blanco con helado de yogourth y chocolate caliente estaba riquísimo y muy bien presentado.

Elegimos un Sirsell 2.004 de Bodegas Capafons-osso, un Priorato hecho con garnacha, Carbernet, Merlot, Mazuelo y Shiraz. Granate picota, aroma de buena intensidad. Cuerpo medio, acompañó bien la cena.

El conjunto es muy razonable (creo que es la palabra justa, nada emocionante pero nada fuera de lugar), se puede comer bien, en un ambiente agradable por un precio corecto.

lunes, marzo 12, 2007

Boccondivino restaurante

Castelló 81, 28.006 Madrid T 91.575.79.47

Me habían dicho que Boccondivino era un gran italiano y es verdad. La decoración elegante, algo ecléctica, con la bodega (gran variedad de vinos italianos) a la vista perfectamente aislada. Es obra de Ignacio García de Vinuesa que parece que se dedica con éxito a la decoración de restaurantes como The grill club . Mesas separadas, buen servicio de mesa, copas adecuadas, un buen ambiente.
El servicio muy atento y amable especialmente la maitre, con buenos conocimientos de vinos italianos y mucho interés. El pan muy bueno y el aceite (italiano claro) también.

Comencé con una ensaladilla rusa con tartar y trufa. Un plato espectacular. Por fuera una fina tira de zanahoria circular que recoge en su interior una primera capa de patata hervida, una segunda de carne como en tartar y en la cima una salsa/crema de crema de leche y trufa. Un gran plato que recordaré.
El otro primero una pizza con anchoas y queso de oveja original; la pizza es de puré de patata (muy rico) pero el conjunto algo irregular y soso.

Me apetecía probar una de sus carnes pero al final me decidí por una pasta seca típica de Cerdeña (el restaurante está especializado en lo sardo).también con salsa de trufa. Si, me apetecía la trufa. Y el plato también muy logrado, perfecto el punto de la pasta y el conjunto. El otro segundo que probé pasta seca con boletus bien pero no tanto, quizás el sabor de los boletus no era, ese día, el mejor.
El postre una panna cotta con chocolate blanco rica pero después de los otros dos platos pasó un poco mas desapercibida.

Para el vino y ya que soy poco experto en vinos italianos pedí recomendación. Optamos por un Korem 2.003 hecho con Bovale sardo, carignano y connonau; vino potente que mejoró con el paso del tiempo.

El conjunto me gustó mucho. Como dice en su tarjeta “cucina e vini d´Italia. Nella tradizione la modernitá” y así fue.

miércoles, marzo 07, 2007

Evo Restaurante

Gan Via 144 Barcelona- Aeropuerto T. 93.413.50.30


Cena en Evo. El lugar espectacular, tanto por las vistas como por la disposición de las mesas en un semicírculo, con una gran barra en medio, un poco más alta. La llegada y la subida en el ascensor panorámico hasta el piso 22 ya hacen presagiar la puesta en escena
Tuvimos ocasión de charlar con Ismael Alegria, el chef, que nos contó el porqué de cada plato que había elegido. Llama la atención el interés por los productos de la zona como el pollo “pota blava “del Prat, las alcachofas de Viladecans etc. Los demás productos también de zonas escogidas. También el sommelier nos explicó con detalle los vinos que acompañarían a la cena; exposición impecable, profusión de conocimientos técnicos y una búsqueda de pequeñas bodegas, lo cual es de agradecer.

Mientras esperábamos bebimos un cava Cuvée Santamaria Finca Fondo del Frare Brut Nature 2.003 junto con unos ligeros aperitivos de entre los que destacaban unas ancas de rana rebozadas; a mí me cuesta comerlas pero estas valían la pena.
Ya en la mesa una profusión de “amuse gueles” muy ricos.

Comenzamos la cena con un ravioli de vieria con cuajada y caviar (casi inexistente por cierto); la idea de ligar el plato con la cuajada interesante y conseguida pero el conjunto algo triste.
Siguieron tres primeros, los tres espectaculares: una terrina de pollo pota blava del Prat con trufa; muy consistente pero muy sabroso a la vez, consiguiendo que se mezclen bien los sabores de la trufa y el pollo. Utilizan para hacerla todo el pollo especialmente la cresta y la papada que hacen rustida y que les queda gelatinosa; también los huesos con los que hacen un ligero consomé que mezclan con el resto. Unos carabineros de Huelva con emulsión de citronella y alcachofas de Viladecans, hechos a la plancha y luego con un toque en la salamandra; estupendos. Cardos con trufa y huevo poché también del Prat. Un plato muy conseguido, muy suave y muy bien ligado.

Los dos segundos mucho menos logrados. Unos salmonetes de Blanes con tapenade y azafrán eran originales; en efecto, los trozos de salmonetes albardados estaban rodeados de “carn salada” (tocino), lo que les daba un toque crujiente; pero, para mi gusto, el resultado no era nada especial. El otro segundo, un lomo de ciervo (marinado al enebro) con cebollitas, lombarda y dátiles fue el plato mas flojo.

Un queso Fourme d´Ambert macerado en Banuyls, demasiado elaborado para mi gusto, el banyuls le quitaba protagonismo al queso pero no era un mal conjunto.
De los dos postres sólo uno destacable el milhojas de cítricos con helado de merengue; tenía la virtud de fundir muy bien ambos sabores. El otro un plumcake de plátano y sorbete de ciruelas de L´Alborç demasiados sabores que se agolpaban en el paladar. Con los cafés un conjunto de “mignardises” ricas en general.

De los vinos destacar un Gómez Alba 2.003 del Campo de Tarragona, un chardonnay distinto a los habituales en nuestras tierras, mineral, en nariz ligeramente ahumado.
También bebimos un Ribera mágnum Figueiro vendimia seleccionada 2.003 que cumplió con lo que se esperaba. Con los postres un Clos Uroulat 2.004 DE Jurançon, un moelleux muy interesante.

En suma gran servicio y buena atención (algo de lentitud en algunos momentos), lugar impresionante y una cocina que en algunos platos estuvo a un nivel excelente pero que tuvo algunos momentos menos afortunados. Recomendable si se está dispuesto a pagar más de 100 euros por persona y se quiere gozar de un lugar y un conjunto poco habituales. Pero, mojándome un poco más, me parece prematura la estrella que Michelín le ha otorgado este año con tanta rapidez.

viernes, marzo 02, 2007

Restaurante Loidi

Mallorca 248, 08008 Barcelona T. 93.492.92.92




Martín Berasategui ha abierto un nuevo restaurante “asesorado” en Barcelona. Está situado en pleno ensanche frente al Lasarte también de su propiedad. Loidi también está en el Hotel Condes de Barcelona y pretende ser un lugar más informal, tipo bistro. Por cierto la foto del restaurante la he sacado hoy de la web del hotel (sin comentarios).

La decoración moderna con una sala grande pero muy bien dividida por unos paneles con grandes cuadros; además la zona de fumadores está separada por una original mampara de vidrio curvada con dibujos vegetales. Maderas claras, buena iluminación, bonita barra a la entrada, grandes cristaleras que dejan pasar la luz, el inicio no podía ser más esperanzador.
La propuesta culinaria es original. Hay dos menús a 32 y 39,5 euros más iva que sólo se diferencian en la mayor cantidad de platos que incluye el uno del otro.
Nos decidimos por el mas completo, teníamos ganas de probar mas cosas. El servicio de pan correcto.
Al ser mediodía pedimos dos copas de vino; nos las trajeron ya servidas ( no me parece lo perfecto) y al preguntar que vino era me dijeron que Penedes; si, pero cual les dije, Perelada me respondieron. Está segura?, no sabía que Perelada produjese tintos en el Penedes. Ah, perdone tiene razón....mal empezábamos.

Nos trajeron un marmitako que estaba suave y rico, quizás la patata demasiado cruda pero el atún bien, poco hecho. El ravioli relleno de setas con salsa de ceps muy bueno, la pasta muy ligera y el gusto de las setas excelente. Como segundos una dorada con salsa y alcachofas fritas en láminas, bien cocinada y en su punto la dorada pero nada especial el plato. Como carne un codillo sobre lecho de patatas, el plato suspenso, la carne dura y sin ninguna gracia.
Los postres bien, una crema con texturas y helado de frutas de la pasión muy etéreo y sabroso y un tiramisú en copa francamente original.

No comimos mal, es cierto, pero en ningún momento emocionante (el ravioli y la crema lo mejor). El servicio malo, con demasiadas prisas por que nos fuésemos y sin ninguna gracia explicando el menú (pues era le chef el que lo componía a su gusto de entre las distintas opciones). El local excesivamente ruidoso. El precio 100 euros ( dos menús, dos copas de vino, agua y dos cafés). En resumen no creo que valga lo que pagamos, y en Barcelona hay muchas opciones más interesantes.