viernes, mayo 25, 2007

Casa Marquès Restaurant




Catalunya 11, 17867 Camprodón, Girona T 972.740434

Hace un par de años que ha abierto Casa Marquès en Camprodón. Es un lugar que amplía considerablemente la oferta gastronómica de la Vall. En efecto se trata de un restaurante de una cierta altura y con ello no quiero desmerecer en absoluto otros restaurantes de la zona. Pero, excepto Can Pó muy bien comentado por Encantadísimo , ninguno tiene un planteamiento de altura. Casa Marquès es además mas “ciudadano” que Can Pó lo cual ,como mínimo, hace que tengamos que ser mas exigentes con él.
He estado varias veces en los últimos meses y se va asentando; los inicios fueron titubeantes pero mis dos últimas visitas fueron satisfactorias.
El lugar es bonito, en una antigua casona del pueblo con una decoración clásica en lo rústico, unas mesas separadas y bien vestidas y un servicio que ahora ya funciona bien.
La carta variada con algunos clásicos del lugar pero siempre con novedades; a destacar siempre hay buen pescado no en vano estamos relativamente cerca de Rosas.

Después de un aperitivo divertido a base de crema de guisantes me decidí por unas morillas con patatas y foie; el plato muy bien conjuntado de sabores y logrado aunque las morillas estaban un punto secas y sin llegar a ese sabor tan “a tope” que las caracteriza; pero bien.
Mi filete de buey de Girona excelente, bien cortado, rojo como lo pedí y sabroso; estaba acompañado de foie y unas fresas y frambuesas confitadas que le daban un buen toque. También probé un muy buen rape a la plancha y el porcel (cochinillo) en filetes crujientes que es uno de los clásicos de la casa. Lo recomiendo vivamente, plato logrado y muy ligero para tratarse de un porcel.

Bebimos un Quinta Tarsus 2.001 de Bodegas Tarsus del grupo Domecq que para mí acompañó perfectamente mi comida. Se trata del crianza de la bodega con 12 meses de barrica, con aromas de fruta roja, en boca elegante, afrutado con taninos.

En el restaurante no se fuma pero tienen una sala pequeña al lado donde, además de una mesa donde se puede comer, hay unos sofás que configuran una “lounge” muy agradable en medio de las piedras medievales: allí disfruté, como postre, de un irish coffe muy bien preparado y de un estupendo Partagas serie D edición limitada, digno colofón de la cena.

Me invitaron pero el lugar no es barato (platos en el entorno de los 20 euros). La carta de vinos estructurada por precios (menos de 15 euros, 20, 25 30 y más de 30) y el nuestro costó 25.Pero el conjunto es de una cierta altura y sofisticación sin llegar su cocina en absoluto al nivel de algún restaurante cercano como el Hostal de San Salvador y Ca L´Enric y su liebre a la royale .
















































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