miércoles, mayo 24, 2006

Un cumpleaños diferente

Cuando empecé a escribir aquí pensé en que en este blog relataría mis comentarios sobre restaurantes. Así ha sido pero ahora creo que, alguna vez, puedo contar otras experiencias gastronómicas.
Eso viene a cuento de la cena a la que me invitaron ayer. Una buena amiga, ya mayor, quería celebrar su cumpleaños de una manera distinta. Es una gran gastrónoma y decidió invitar a un grupo de amigos/conocidos a los que les picase el gusanillo de la gastronomía. Llegamos a su casa y nos dijo que nos daría un menú de los que se habian comido siempre en su casa. Citó a Santi Santamaría para, en estos momentos de experimentación a ultranza, mantener los principios gastronómicos de siempre.
Tomamos un sopa de pescado y marisco con tostaditas muy lograda, el pescado, el necesario y en su punto, marisco sin agobiar y el caldo...sencillamente sublime. Después de una ensalada muy refrescante pasamos al fricandó con escalonias, mioxernons (perretxiko) y ceps. Este plato es uno de los más típicos de la cocina catalana y estaba hecho con culatín, con muchas horas de chup chup con lo cual la carne se podía partir con el tenedor, uno de los mejores fricandos que he probado ultimamente. De postre piña a la catalana es decir acompañada por encima de crema catalana muy bien hecha.
La sorpresa fue el vino. Empezamos con un blanco Blanc de Roure de la Cooperativa l´olivera de Costers del Segre. Pero luego nos tenía reservada una joya de su bodega. Yo creo que, en parte, la idea de la cena le vino de que quería compartir el vino con gente que lo apreciase de verdad.
Nos obsequió con un Jeroboam de Château Monbousquet 1.978. de Saint-Emilion; aquí empezaron las discusiones. Ella misma, visto el color algo muerto y el sabor apagado, sugirió que lo dejásemos y catásemos un Viña Tondonia 1.998 ,un clásico de Rioja. Pero uno de los asistentes reivindicó la bondad del Monbousquet; es cierto que ya estaba de capa caída, que el color estaba pasado, que no era limpio y que se notaba un poco desvaído pero ahí estaban los sabores típicos de un buen Merlot como atemperados pero muy presentes y espléndidos; el vino era intenso, persistente con un regusto a chocolate. Yo probé los dos y desde luego me quedo con el Monbousquet.
En fin una experiencia de las que da gusto poder contar que, eso si, me confirma que los vinos (unos antes, otros después) no hay que atesorarlos demasiado a no ser que pienses en conservarlos sin abrirlos ( y yo soy el primero que aunque lo piense no lo cumple)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Atractiva cena. Respecto a los vinos, yo no guardo vinos ni compro vinos de guarda. Quizá me pierdo la evolución de algunos pero me ahorro disgustos.

ignacio dijo...

Si, la cena estuvo muy bien.
Lo de guardar vinos siempre es un dilema. Yo sí que guardo pero procuro averiguar de cada uno que guardo cual es la fecha aproximada de consumo óptimo. Aunque eso es muy relativo (condiciones de guarda etc.) siempre es una referencia.

Paco Torras dijo...

Hola Ignasio,

soy un catalán brasileño, vivo en Rio y tengo un Blog que en algunos puntos se parece mucho con el tuyo. Está en portugues pero tengo certeza que no tentrás problemas en leer:bistrocarioca.blogspot.com.

Saludos,

Paco Torras

Anónimo dijo...

Sabeis de alguna página que venda vinos en su momento justo?. Me han hablado muy bien de Reserva de Baena. ¿Alguien la conoce?